a Lula no le gusta que lo critiquen
El presidente del gobierno brasileño,Luiz Inácio Lula da Silva,ha protagonizado un hecho que sólo se puede calificar como profundamente estaliniano. Así, un periodista del "The New York Times" ,Larry Rohter, publicó el domingo un artículo en la que se hacía referencia a los problemas de Lula con el alcohol, y que estos hábitos se habían convertido en un "problema nacional". La respuesta del gobierno brasileño ha sido fulminante, "El Ministerio de Justicia considera inconveniente la presencia en territorio nacional del autor del referido artículo. En esas condiciones, determinó el cancelamiento de la visa (de residente) temporal concedida al Sr. William Larry Rohter Junior". Es decir que por decir "borracho" a Lula lo echan del país, una medida muy "democrática" y "respetuosa" con la libertad de expresión. Aunque fueran mentira estos problemas de Lula, hay otras formas de actuar, simplemente demandádolo, pero no, el super "progre" Lula prefiere la vía fascistoide. Este político brasileño tiene una extraordinaria prensa en nuestro país, donde casi se le ha visto como un mesías de la izquierda que iba a solucionar todos los problemas de Brasil y del resto de los paises pobres, e incluso le hemos dado el premio Principe Principe de Asturias. Hasta ahora Lula sólo ha demostrado ser un demagogo excepcional, un desastroso gestor, un inmenso farsante que imcumple sus promesas electorales y miente a los ciudadanos y ahora demuestra que es fascista que no respeta la libertad de expresión en cuanto lo critican. Este es el nuevo ejemplo de la izquierda a nivel mundial, al que se le venera desde el papanatismo progresista hispano, por lo que personalmente casi prefiero a los antiguos, al menos los veías venir.
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