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SER DE DERECHAS

Lo que gana el periodista "solidario" Javier Sardá

Los que somos de derechas estamos muy hartos de las arengas progresistas de ciertos "periodistas" izquierdistas de palabra. Así uno de los más significados a la hora de vomitar demagogía es el especialista en telebasura Javier Sardá. En su repulsivo programa, ejemplo de tercermundismo mental, se permite el lujo de aconsejar a los españoles sobre política, insultar a las corridas de toros o incluso mofarse de disminuidos psíquicos, todo ello desde luego, en clave "progresista". Algo que no muchos conocen son los millonarios ingresos de este hombre "solidario", eso si consigo mismo. El presentador de esa bazofia llamada "crónicas marcianas" (por cierto seguro que Ray Bradbury se esta revolviendo en la tumba por utilizar el nombre de un libro suyo para tan asqueroso programa) ingresa por cada programa 24.000 euros, ademas de otros 9.000 euros más por publicidad, es decir 33.000 euros por noche, 5.500.000 pesetas. Sin embargo no existe constancia de que este hombre de izquierdas invierta estas grandes sumas de dinero en ayudar a los inmigrantes, indigentes o otras personas desfavorecidas, por lo que supongo que pertenecerá al abarrotado club de izquierdistas de palabra y capitalistas de facto. Y es que la basura es cada vez más productiva.
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1 comentario

Marta Beatriz -

Parece que el tema es igual en todos lados. En Argentina ocurre lo mismo...."progres=moda, comunitarios, pero sin ofrecer lo propio sino lo ajeno, solidarios hipócratas, malformadores de la opinión........están de moda para "concientizar" a la masa, que no tiene oportunidades de ver noticieros objetivos debido a los intereses que lucran con la ignorancia de los más.
La mayoría ingiere sus vómitos, puesto que le ofrecen "los comentarios digeridos a su gusto"
Civilización o barbarie........esa es la cuestión.y esta gente ha invertido a conveniencia, el significado del dicho, gracias a la libertad que tienen en un sistema que dicen despreciar, pero que les permite llenarse los bolsillos a costilla de la mediocridad y la envidia.